miércoles, 19 de junio de 2013

Mi panadero

Mi panadero tiene pelo blanco y bigote blanco. Lleva pantalones blancos, camiseta blanca y zuecos blancos. Se levanta a las 3 para amasar y hornear las pistolas, chapatas, baguettes y panetes que más tarde se servirán en nuestras mesas.

Mi panadero de pelo blanco también hornea dulces y cuando vas a la panadería huele que da gusto, cada día a una cosa. Los lunes a bizcocho, los martes a magdalenas, los miércoles a pastas de almendras y piñones, los jueves a sobaos, los viernes a palmeras, los sábados a croissant y los domingos a napolitana de chocolate y crema. La mujer de mi panadero se encarga de envasarlos y colocarlos en la vieja estantería de cristales ya ahumados por el paso de los años.

Mi panadero de pelo blanco está en el mostrador hasta las diez, siempre luciendo una amable y alegre sonrisa. Es entonces cuando me gusta ir a comprar el pan y que sea él quien con menos horas de sueño y varias horas de trabajo entre levadura y harina sea quien me dé los buenos días.