jueves, 16 de diciembre de 2010

Mal despertar de domingo

¡No hay quién soporte un mal despertar un domingo por la mañana! Pero si se supone que los domingos son para descansar. Me compraré el periódico a ver si lo arregla. Hoy no tengo plan, así que nada mejor que pasarme el día tirado en el sofá leyendo de arriba abajo las páginas de información general, las color salmón, el dominical y el especial que viene hoy.

Ni la prensa que tanto me gustar rumiar el fin de semana aparta este mal estar que tengo por el mal despertar. ¡Pero si es domingo! Hoy es un día para disfrutar. Voy a preparar algo ligero para comer, ¡ni hambre tengo! Nada que no arregle una siesta. Después, más lectura, seguro que a la luz del atardecer encuentro la tranquilidad.

¡Joder! Ni la siesta ni nada. Pero, ¿un bien despertar de siesta no puede con un mal despertar de por la mañana? No lo entiendo, no lo entiendo. Ni de la sección de Internacional he pasado . Son sólo las seis de la tarde. Creo que nunca he tenido tantas ganas como hoy de que llegue el lunes. Es que ni me interesan los reportajes del dominical.

Venga, va. Una duchita y como nuevo. Una ducha siempre puede con un mal despertar. Además,  el momento de tranquilidad de los domingos llega por la noche, en el sofá, después de cenar.

¿¡Ni la ducha!? Esto sí que no. Esto sólo lo arreglan una cerveza y unas aceitunas.

2 comentarios:

  1. Uyyy no había yo descubierto este lugar :)

    Querida, el despertar de una siesta nunca es bueno. Al menos es lo que dice mi escasa experiencia con los sueños vespertinos.

    ¿Qué tal sentaron las aceitunas?

    ResponderEliminar
  2. Unas aceitunas nunca pueden sentar mal

    ResponderEliminar